Aprendiendo a vivir sin certezas


En las conversaciones de mi entorno, en los debates de actualidad en los medios, en los discursos de nuestros líderes políticos…está de moda tener un posicionamiento claro. Ante esta sociedad que penaliza tanto la ambivalencia, yo me alzo para defender a los que eligen la e): «No sabe, sí contesta»

En el campo de la psicología “la ambivalencia es un estado anímico en el que conviven emociones opuestas”. Trasladado al ámbito intelectual haría referencia a “una situación en la que te pronuncias simultáneamente a favor de una proposición y de su contraria”.

Probablemente este estado “ambivalente” te suene a contradicción, y apuesto a que el término contradicción no lo asocias a algo positivo. Si en algo eres contradictorio, o no tienes un posicionamiento claro, puede que te genere desasosiego, quizá lo asocies a ser incoherente…de alguna forma parece que vivir en la contradicción te desestabiliza, ¿no?. Si intentas aglutinar, si coges un poquito de esto y un poquito de lo otro, no vendes, das sensación de debilidad. Y ahí no nos sentimos cómodos, necesitamos aferrarnos a certezas.

Este argumento cobra especial énfasis cuando afecta a creencias, juicios y opiniones que tenemos muy implantados, que tienen que ver con nuestra forma de enraizarnos al mundo y que además nos estructuran como personas (de ello trata la muy interesante teoría de la disonancia cognitiva de Leon Festinger).

No pretendo ir en contra de la condición humana que siempre ha intentado buscar cobijo en la certidumbre (las religiones son la máxima expresión de ello), pero sí voy a poner en duda el trayecto por el qué accedemos a ella y el “formato» que esta debe tener. Para ello me voy a apoyar en una frase que leí el otro día (pidiendo de antemano perdón al autor por no nombrarle, ya que no me acuerdo  donde lo leí): debemos ser conscientes de que el resultado de nuestras dudas nos convierte en alguien más libre que creernos que lo somos de nuestras certezas.

Por lo tanto, sólo aprendiendo a dudar podremos sentirnos más libres para evolucionar como personas desde la contradicción. Ello, sin duda, nos situará mucho más cerca de la certidumbre, pero no de la certidumbre que nos otorgan nuestros férreos posicionamientos, si no de aquella que se deriva precisamente del saber gestionar su contrario: la incertidumbre. Para ello necesitaremos ser lo más permeables y dúctiles posibles para integrar cualquier tipo de planteamiento que hará que nuestro posicionamiento ¿final? sea el más sólido posible…..hasta que volvamos a cuestionarlo otra vez más.

Este planteamiento cobra especial importancia en la era del Internet de las cosas donde todo (tecnología, información, conocimiento, etc.) evoluciona a una velocidad que nos atropella y sólo sobrevivirás si sabes sumergirte en la incertidumbre y convivir con ella

En este nuevo trayecto debemos aprender a despojamos de las certezas y a amigarnos con la indefinición porque la indefinición puede ser nuestra aliada hacia un posicionamiento final o puede ser el final del trayecto en sí mismo.  Bruce Lee nos los dice con otras palabras a través de uno de los 6 principios en los que se apoya el jeet kune do (método de combate creado por él), donde utiliza el agua como analogía para describir porqué la adaptabilidad es un rasgo deseado en las artes marciales y defiende esta como una filosofía de vida. El agua puede dividir, chocar, erosionar, fluir…

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Puede que estés pensando que esto es fácil decirlo pero no tan fácil llevarlo a cabo ya que, al final,  esta sociedad  nos ha acostumbrado a afrontar la vida de una forma dual:   me gusta-no me gusta,   sí-no,  de acuerdo-en desacuerdo  , de izquierdas-de derechas,  palestino-israelí , etc.). ¿Cómo podemos llevar esto a cabo entonces?¿cómo podemos aprender a sentirnos libres y seguros en el constante cuestionamiento?.

Te lanzo 3 píldoras que quizá te puedan servir:

  • por un lado debemos conectarnos lo máximo posible con nuestra vulnerabilidad y, por ende, con nuestra humildad (ver post «la humildad: tu legado hacia la posteridad»). Sólo desde aquí te situarás en una posición de extrema fortaleza para desapegarte de las certezas. Desde ahí dejarás de apresurarte hacia el “yo pienso que…”, y aprenderás a transitar por los “por qué” tendiendo de una manera inequívoca y natural a tener curiosidad sobre todo por las opiniones diferentes a las tuyas. Te sentirás cómodo aglutinando y contrastando y no necesitarás aferrarte a ningún posicionamiento ni al principio ni durante todo el trayecto. La indefinición, tal y como he dicho antes, no te aterrará y, sobre ella, crecerás
  • desapégate de las necesidades de certezas que tienen los demás. Siéntete libre para no ser prisionero de ellas y no hagas tuyas sus «urgencias»
  • por último, desde ahí te animo a que empieces, en consecuencia, a actuar de forma diferente. Nuestra acción configura nuestro ser. Prueba a no posicionarte desde el principio, ser curioso, escuchar sobre todo los matices de los que opinan lo contrario de ti, atrévete con otros registros tales como….. “no lo tengo claro”,….“entiendo ambas posturas” ”. Verás que, a pesar de que no es el patrón de comportamiento común y socialmente aceptado como «exitoso» hoy en día,  hay un gran hueco para los que eligen la opción d: “no sabe, sí contesta”

Espero que esta reflexión te haya servido para incorporar algún otro color a la paleta de colores con las que quieres pintar tu vida. ¿O quieres seguir pintándola en blanco y negro?

2 Comentarios

  1. Qué gran entrada Aitor, gracias, y qué complicado seguir tus consejos. La incertidumbre nos provoca tanto pánico. Algo debemos de hacer mal cuando crecemos ya que a los niños es normal oírles decir “no sé” y quedarse tan panchos, mientras que a medida que nos hacemos mayores sentimos esa presión por posicionarnos de la que hablas.
    Otra cosilla, me preguntaba si relacionas incertidumbre con indecisión o consideras que son dos conceptos diferentes.

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  2. Hola;

    Me alegro de que te guste. Incertidumbre e indecisión son 2 conceptos que pueden estar relacionados….o no. Puede haber personas que en escenarios de mucha incertidumbre o indefinición no les cueste tomar decisiones y todo lo contrario: personas que en escenarios con condiciones de alta certidumbre sean muy indecisos. Ello dependerá de otros rasgos de nuestra personalidad. Aún así, lo mismo que defiendo el valor de no definirte por un extremo u otro cuando este es el resultado fruto de tu reflexión, también reivindico la indecisión siempre que sea un acto de voluntad consciente, ya que creo que durante el todo continuo de una indecisión hay una decisión implícita en sí misma, la de no decidir, la cuál puede requerir de mucha valentía para sostenerla en el tiempo.

    Un fuerte abrazo

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